El otro día, por casualidad, estos zapatos se cruzaron en mi camino y ¡me enanamoré! ¿No os parecen preciosos?
Son de Mariló Domínguez, que ha sabido unir la elegancia de un zapato de salón, con la feminidad del tacón alto y la sofisticación del estampado.
Poco más que añadir, sólo que ¡los quiero! y ¡los necesito!